sábado, 3 de enero de 2015

La Primera Transfusión

La primera transfusión de sangre a un ser humano se llevó a cabo en junio de 1667 por el médico de la corte de Luis XIV Jean Baptiste Denys quien realizó a un muchacho la primera transfusión de la historia con sangre de oveja, aunque en principio este sobrevivió unos días, murió más tarde y el médico fue acusado de asesinato.

Aun así algunas de las primeras transfusiones fueron un éxito, siempre por suerte, luego provocaron muchas muertes y la práctica fue proscrita.

No fue hasta el año 1900 cuando el médico austriaco Landsteiner descubrió que la incompatibilidad de grupos sanguíneos podía causar la muerte del receptor. De este modo se evitaron muchas muertes, pero aún quedaba por descubrir un método que evitara que la sangre se coagulara antes de transfundirla al receptor. Fue un médico estadounidense llamado Richard Lewinson quien añadiendo citrato de sodio descubrió el primer anticoagulante sanguíneo.

Primera transfusión de sangre citratada. Hospital Rawson de Buenos Aires (Argentina), 9/11/1914.

Los avances para perfeccionar esta técnica se han ido sucediendo y así se han evitado los contagios de enfermedades como la hepatitis o el SIDA. Actualmente y gracias a los sistemas de detección del virus, la transmisión de enfermedades mediante transfusiones es infrecuente en las naciones desarrolladas, pero sigue siendo un problema en los países en vías de desarrollo que no disponen de la técnica adecuada.

Antes de realizar una transfusión sanguínea se debe asegurar la compatibilidad de los grupos sanguíneos del donante y el receptor, para evitar reacciones hemolíticas mortales.



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