Las enfermedades cardiovasculares
son la primera causa de muerte en el mundo occidental. El buen control de los
niveles de glucosa en la sangre, colesterol y presión arterial, permitirán
prevenir o retrasar la aparición o empeoramiento de los problemas
cardiovasculares. Para evitarlas, es importante desarrollar hábitos saludables,
como por ejemplo:
Hacer ejercicio. Practicar un
deporte mantiene el cuerpo en forma, facilita el transporte de sangre por los
vasos y hace que el corazón funcione de forma correcta. El deporte que se
practique ha de ser el adecuado a la edad y características de cada persona.
No fumar. La nicotina tiene un
efecto endurecedor de las paredes arteriales lo que dificulta el transporte de
sangre y obliga al corazón a trabajar más. Esto disminuye el riego sanguíneo de
todos los órganos y aumente el riesgo de sufrir un infarto de miocardio.
Tener una buena alimentación. Una dieta inadecuada puede producir la acumulación de grasas y colesterol. Parte de estas sustancias se acumulan en las arterias y provocan la arteriosclerosis. Además, el exceso de peso aumenta el riesgo de infarto. Promover el consumo de alimentos como frutas y verduras (contienen fibra y vitaminas que ayudan a mejorar la glucemia).
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